¿Sabías qué...

domingo, 25 de septiembre de 2011

Sección de poesía

Metafísica ontológica
En ocasiones,
las paredes logran ver el movimiento de mi ser
yo no lo percibo,
estoy ciego.
Tengo una ceguera habitual.
Soy obstinado, y busco
Hurgué en la cómoda, en el buro,
en la mesita del centro, en el ventanal
y nada.
Ahí no hay nada.
Tal vez allí, pero no lo creo.
Si lo encuentro
-si lo llego a encontrar-
 seguro que me las paga.
Malos ratos son los que paso
al sentir que no estoy que no soy;
 que mi ser se ha ido
¿Qué es el ser?
 No tengo idea.
Por eso lo busco para preguntar.
Jorge Altamirano



301010

Tras la voz del perfume del alma se eriza el día.
Al alba se gana por motivos de continuidad.
 Es todo.
La puta blanca se acoda en la cantina y por sus ojos
pasan
en puntillas las delgadas horas azules.
La sal se riega en su regazo cambiando los sabores del café
y tintinea en sus dedos la gota espesa que unos labios de espejo
esperan con ansia.
Es su febril celebración la danza que un par de pies zurdos dibujan.
Y en el espacio sus manos naufragan en una marea de una sorda nada, en esos pequeños puños una sonrisa gris se niega a salir.
Aquellos son ojos impacientes que acarician recuerdos en la pared sucia
Ese cigarro respira vida, sabe a futuros perfectos a pasados lejanos.
El vientre mucho se ha hinchado y arrastra su pena por el dulce asfalto de la ciudad.
Eduardo A. de la Rosa

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